pero a la vez si Macri, como dice aca, las va a probar, no me parece mal.

Es más, si Macri las va a probar me parece bien. Yo me anoto para darle un par de descargas a Mauricio, y si todavía sobrevive, seguramente dará el visto bueno para usarlas.
Dime por qué odias a los Kirchner:
A- Porque ella compra carteras caras y es frivola.
B- Porque aumento los salarios a los trabajadores y las jubilaciones a los jubilados, de esta manera la plebe negra tiene más participación en el ingreso, mermando el nuestro. Fijese que no podemos ahora comprarnos tantas 4x4 y viajar 10 veces al exterior como antes.
A- Porque son autoritarios.
B- Porque rajaron a la antigua corte suprema corrupta menemista, que tantos favores nos hizo.
A- Porque se quieren quedar con nuestros ahorros.
B- Porque ahora que las AFJP no existen más, ya no podemos llenarnos de guita cobrando como antes a los trabajadores una comisión del 33% sobre su aporte. Además la guita restante que la invertiamos en la ruleta de
A- Porque es una miseria la jubilación que dan.
B- Todos esos viejos chotos que andaban a la deriva y fuera del sistema, ahora tienen jubilación por culpa de estos montoneros. Tantos aumentos seguidos a los jubilados...para qué?, qué quieren? vivir bien? ah que tiempos los de
A- No los aguanto más a los Kircher, siempre crispados, peleandose con todos.
B- Este bizco nos quiere hacer frente y nos corto recursos. Por suerte lo tenemos a Cobos.
A- La inseguridad es terrible!! Entran por una puerta y salen por otra. El que mata tiene que morir!
B- Basta de combatir los desarmaderos de autos!! regenteados y protegidos por la policia. Además los principales compradores de repuestos son... los dueños de autos...es decir clase media y clase media alta. Los repuestos estan caros...quien pudiera ser como Susana Gimenez y traer autos importados de contrabando a nombre de discapacitados.
A- Cada dia hay mas villas, y mucho clientelismo politico!
B- Con este ingreso universal por niño ahora estos pobres quieren vivir mejor!, ah no...nosotros queremos muchos pobres y desocupados para pagarles una miseria de salario y mucha flexibilización laboral. Es decir, más guita para nosotros.
A- Quieren dinero para la caja!!!
B- Quieren aumentar los ingresos del Estado, para intervenir en el mercado y limitar nuestra acción de especulación y depredación contra el país.
A- La inflación es terrible! que caros estan los alimentos y el gobierno no hace nada y este Moreno con esa canastita de precios sugeridos...
B- Gracias a nuestros sistemas de producción monopolicos y oligopolicos, el precio de los productos lo fijamos entre muy pocos tomando un café. Quieren reparto de la riqueza? Jamás!!
A- Pobre la gente del campo, no la dejan exportar la carne y el trigo.
B- No nos dejan exportar toda la carne y el trigo, que quieren los argentinos? Comer carne? El pan barato? Entonces si no podemos exportar toda la carne y el trigo, el resto la vendemos aca y bien caro. 80 pesos el kilo de lomo!!
A- Que bueno que es Cobos, pobre, como lo tratan.
B- Que grande Cobos carajo!, ya casi lo tenemos de presidente, con esa cara de pelotudo, y mira como anda rosqueando, y sin decir nada a favor de los negritos...ya volvemos al poder!.
A- En cualquier momento se corta la luz, la crisis energetica!! lo dijo Lilita! Este Kirchner anda con grupos armados, en Diciembre explota todo!! Las noticias son un espanto, el país anda muy mal, mira lo que dice Clarin!
B- Hay que meter miedo en la genta, crear mal clima, para que se vaya este gobierno y venga otro, como antes, que nos deje hacer lo que querramos y llenarnos de guita, a costa de los negritos, la clase media y los viejos podridos!!. Somos los dueños del país!
Si usted respondio A evidentemente es un clasemediero con aristas cacerolero, con alta respuesta a los estimulos radialestelevisivos y con nula memoria historica. Usted no es mala persona, solo que es burro e ignorante nomás. Un ignorante útil para el grupo B.
Si usted respondio B la tiene clara. Señores de la oligarquia, señores del poder economico, casta judicial, reaccionarios del clero, en fin, señores vendepatria, buenas noches! Ojala no lo consigan.
Limura es uno de esos humoristas de los que siempre espero mucho. Y las sonrisas, risas, o el “que guacho!” que exclamo, delatan que cumple con su cometido.
Conocí sus chistes por la revista Humor. Aun hoy en día es ver un chiste de él, con ese trazo, con esas formas humanas (terriblemente deformes y exageradas muchas veces) e inmediatamente me acuerdo de la revista y de aquellos tiempos.
Por ese gusto, hace ya un tiempo me compre este libro
Lo edito por supuesto EDICIONES DE
De noche me encierro en mi bohardilla a pensar en la vida y a ejecutar mis dibujos. A veces, si no hay mucho sol, salgo a la calle y me introduzco en cualquier editorial para ofrecer mis chistes, a los cuales llevo en un maletín junto con un sandwich y algunas herramientas por si me sale una changa.
Así conseguí a duras penas publicar algo en TIA VICENTA, SATIRICÓN, MENGANO, SIETI DIAS, RATÓN DE OCCIDENTE, etc. Aquí, en “
Buscando en internet noticias más frescas, me encuentro con esto, y esto.
Un bravo y muchas gracias por la alegría que nos da para el maestro Limura!!!
Hermite Joseph, una madre que trabaja en los mercados de Puerto Príncipe, le dijo al periodista Nick Whalen que sus dos niños son como “pequeños palillos”, porque no están suficientemente alimentados. Antes, con un dólar veinticinco centavos se podían comprar verduras, algo de arroz, diez centavos de carbón y un poco de aceite de cocina. Ahora, sólo una pequeña cantidad de arroz cuesta 65 centavos, y de mala calidad. El aceite, 25 centavos. El carbón, 25 centavos. Un dólar veinticinco centavos ya ni siquiera alcanza para hacer un plato de arroz para un niño”.
El programa alimentario de la iglesia de Santa Clara, en Tiplas Kazo, un barrio de Puerto Príncipe, sirve 1.000 comidas diarias gratuitas, casi todas a chicos hambrientos, cinco veces a la semana, conjuntamente con
Opinando sobre Haití el 18 de abril pasado, el The New York Times dijo que “su industria agrícola es un caos, necesita alimentarse mejor a sí misma”. Desafortunadamente, el artículo no decía absolutamente nada sobre una de las principales causas de la escasez: el hecho de que los Estados Unidos y otras instituciones financieras internacionales han destruido a los agricultores arroceros haitianos para ampliar el mercado del subsidiado arroz de los agricultores estadounidenses. Esta no es la única causa de la hambruna en Haití y otros países pobres, pero es su principal motor.
Treinta años atrás, Haití producía casi todo el arroz que necesitaba. ¿Qué ha sucedido? En 1986, tras la expulsión de el dictador haitiano, Jean Claude “Baby Doc” Duvalier, el Fondo Monetario Internacional (FMI) hizo un préstamo a Haití por 24,6 millones de dólares, dado que se necesitaban fondos desesperadamente (Baby Doc asaltó el tesoro en su huida). Pero, para obtener el préstamo del Fondo, se exigía que Haití redujera sus aranceles comerciales que protegían su producción arrocera y de otros productos agrícolas con la finalidad de que se abrieran los mercados del país a la competencia con otros países. Los Estados Unidos fueron, por mucho, la principal voz en las decisiones del FMI.
El doctor Paul Farmer estaba entonces en Haití, y vio lo que sucedería: “antes de dos años será imposible para los agricultores haitianos competir con lo que ellos llaman el ‘arroz de Miami’. Todo el mercado de arroz local en Haití se desmoronará cuando el arroz estadounidense, barato y subsidiado o incluso en la forma de ‘ayuda alimentaria’, invada el mercado. Habrá violencia, ‘guerras por el arroz’ y se perderán muchas vidas”.
“El arroz estadounidense invadió el país”, recordó Charles Suffrard, un importante productor de arroz en Haití en una entrevista con el Washington Post en 2000. Hacia 1987 y 1988, había tanto arroz entrando al país que muchos productores dejaron de trabajar la tierra. El padre Gerard Jean-Juste, un cura haitiano que había sido pastor en la iglesia de Santa Clara y un defensor manifiesto de los Derechos Humanos, concuerda: “en la década de los 80, el arroz importado se vertía en el país a un precio muy por debajo del costo de lo que nuestros agricultores podían producirlo. Éstos perdieron sus trabajos y huyeron a las ciudades. Después de unos pocos años de arroz barato importado, la producción local cayó estrepitosamente”. Aun así, la comunidad empresarial internacional no estaba satisfecha. En 1994, EEUU, el FMI y el Banco Mundial pusieron como condición para ayudar al presidente electo Jean Baptiste Aristide al reasumir su cargo, que Haití abriera aun más sus mercados.
Pero si Haití es el país más pobre del hemisferio occidental, ¿qué razón pudo tener Estados Unidos para destruir el mercado del arroz de este diminuto país? No cabe duda de que Haití es pobre.
Haití se ha convertido en uno de los principales importadores de arroz estadounidense. Las cifras de 2008 que ha mostrado el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos muestran que Haití es el tercer mayor importador de arroz procedente de ese país (alrededor de 243.000 toneladas de arroz). El negocio del arroz está fuertemente subsidiado en los Estados Unidos. Estos subsidios representaron el monto de 11 mil millones de dólares entre 1995 y 2006. Un solo productor, Riceland Foods Inc. de Stuttgart, Arkansas, recibió alrededor de 500 millones de dólares en subsidios al arroz entre 1995 y 2006. El Instituto Cato informó recientemente que el arroz es una de las materias primas a la que más contundentemente se ayuda en los Estados Unidos –con tres subsidios diferentes que alcanzan los mil millones de dólares por año desde 1998, y que se proyecta que alcancen una media de 700 millones por año hasta 2015. ¿El resultado? “en los países pobres, decenas de millones de cultivadores de arroz se han visto imposibilitados de sacar a sus familias de la pobreza debido a los precios más baratos y volátiles, producto de las políticas intervencionistas de otros países”.
Además de los tres subsidios para los productores de arroz, en Estados Unidos existen barreras arancelarias directas del 3% al 24%, informa Daniel Griswold del Instituto Cato –exactamente el mismo tipo de protecciones, aunque mucho más altas, que el FMI y los Estados Unidos exigieron a Haití eliminar entre las décadas de los 80 y 90—.