sábado, 10 de mayo de 2008

Cuentos breves y zaparrastrosos

TRABAJO ADMINISTRATIVO


Roberto era mal mirado por sus compañeros de oficina. Y claro…todos ellos hablaban del programa de televisión de la noche anterior, y él nunca miraba ni teve abierta, ni cerrada, ni media abierta ni cerrada.

Se podía alegar en su disculpa que Roberto ni siquiera tenía televisión, pero esto no estaba en conocimiento de sus compañeros de oficina. Y si…Roberto la había destruido luego de escuchar un discurso de López Murphy o de Lilita Carrio, que es más o menos lo mismo.

Otra cosa que molestaba sumamente a sus compañeros de oficina, es que Roberto se negaba a comer el plato de arroz que suministraba la empresa, fruto del gran acuerdo salarial logrado por el sindicato, en cuyo vértice, bien en la puntita del vértice, estaba el compañero Cagalieri, quien en ese momento se encontraba seguramente discutiendo nuevas y dignas mejoras en algún país caribeño, de playas tranquilas y amigas.

Se podía disculpar a Roberto alegando que no le gustaba el arroz, pero esto no estaba en el conocimiento de sus compañeros de oficina. Y si…Roberto había dejado de comer el preciado alimento años atrás, luego de escuchar a su ex mujer o a su suegra, que es más o menos lo mismo.

Y lo que más molestaba a sus compañeros, es que Roberto soñaba, pensaba y a veces, como provocándolos, leía libros.


EL GATO

El gato no molestaba. Dormía la mayor parte del tiempo. En la silla, en la alfombra, o en su lugar preferido (del gato) en la cama de la amante (de Luis).

Luis no molestaba. Cogia la mayor parte del tiempo. En la silla, en la alfombra, o en su lugar preferido (del gato) en la cama de su amante (de él).

Cristina no molestaba. Cogia la mayor parte del tiempo. En la silla, en la alfombra, o en su lugar preferido (del gato y de ella) en su cama.

El que molestaba era José, el esposo de Cristina. Que cada tanto volvía a la casa. José dormía la mayor parte del tiempo afuera. Porque era viajante. Dormía en sillas, en alfombras (porque vendía alfombras), o en su lugar preferido, en la cama de su amante (la esposa de Luis).

El gato estaba al tanto de todo, pero como ustedes saben, no molestaba.